(Fragmentos de la entrevista que le hice a Bebe Contepomi, el mes pasado. El tema fue, por supuesto, Andrés Calamaro.)
—¿Sos amigo de Andrés?
—Sí. Muy.
—¿Cómo fue tu primer contacto con él? ¿Cómo lo conociste?
—Es larga la historia. Yo era básicamente fan de los Abuelos de la Nada. Le escribía cartas a Andrés, a la productora de Grinbak, y aparentemente se las daban, porque me empezó a contestar. En esa época no existía internet ni nada, me acuerdo que había que ir al correo, poner una estampilla… Le mandaba cartas a su casa en Serrano 1919, en Palermo, que vivía con Andy Cherniasky, su mujer de ese momento. Yo tenía 14 años, ó 15. Y pasan los años y cuando yo tenía 17, en el ’87, Andrés tocaba como solista en un recital en Mar del Plata, con otras bandas. Fui a ver el show, la conozco a Andy Cherniasky, me presento. Ella alucinó, me dijo: "Sos el Bebe, uh, Andrés muere con tus cartas, vení que te lo quiero presentar". Al final ese día no lo pude conocer, pero me dio el teléfono y ahí empecé a llamar a la casa, a hablar por teléfono, hablaba con Andy Cherniasky una hora y después me pasaba y hablaba cinco minutos con Andrés. Y un día me invitan a la casa, y voy. Congeniamos muy rápido, teníamos muchas cosas en común. Me acuerdo que Andrés tenía insomnio en esa época, y nos quedábamos viendo mucha tele. No había cable en esa época, entonces Andrés grababa programas de TV abierta y lo veíamos en video a la noche.
—En Honestidad Brutal hay un tema que hicieron juntos, "Me pierdo". ¿Qué historia hay detrás de eso?
—Como con todos los amigos, hay épocas de la vida en que coincidís más que en otras. En esa etapa yo coincidí mucho con él, mucho, mucho. Viajé a España, estuve viviendo con él, mientras componía el disco. Una de esas noches, me pide que le escriba una letra, y yo se la escribí… Fue más o menos así la historia. Él estaba en una época de "catarata musical", de componer todo el tiempo. Yo dormía, buscaba comida, comíamos, él seguía componiendo. Es un disco que yo lo viví muy de cerca, porque después lo grabó acá en la Argentina con Joe Blaney, en el estudio de Fito (Páez), y yo iba todos los días al estudio, vivía con él en el hotel Suipacha, así que sí, lo viví mucho, el disco lo viví mucho.
—¿La letra es tuya o él le hizo retoques?
—Él le hizo retoques. Sobre todo en el estribillo: creo que la letra no tenía estribillo y él le agregó la parte que dice: "Es muy duro saber cuál es la mejor mujer, es muy duro saber". Tampoco me acuerdo mucho, pero creo que respetó todo lo demás.
—¿Lo de "el tiempo pasa, nos vamos poniendo menos"…?
—Eso es mío. Sí, porque "ponerse" en España también es drogarse. "Vamos a ponernos". Me pareció una frase simpática, y nunca pensé que la iba a cantar. Pero la cantó.
—Queda bien. Incluso, yo ahora recién me entero que en España significa eso…
—Sí, porque tiene el significado argentino.
—Y está el juego de palabras con la otra canción.
—Claro, porque hay tres versiones de esta frase. Está "el tiempo pasa, nos vamos poniendo viejos", de (Pablo) Milanés. Después, con Luca Prodán: "tecnos", y ahora, "menos". Es una bolu… (se interrumpe), un juego de palabras.
—¿Y lo de "ingeniería psíquica", como te menciona en el folleto del disco?
—"Ingeniería psíquica" porque los Redondos, en sus discos, en vez de poner "Productora ejecutiva: la Negra Poli", siempre ponían: "Ingeniería psíquica: la Negra Poli". Y él usó el mismo término para ponerme a mí y a Clota Ponieman, que es un amigo muy amigo de él, y mío también, es un amigo de toda la vida que lo ayudó mucho acá en la Argentina.
—¿En España viviendo juntos cuánto tiempo?
—No, no… veinte días, volvía, me iba diez días, volvía. En realidad, él el disco lo grabó en los dos lugares, y estuve más en Buenos Aires, que fue donde él lo grabó definitivamente, y en España compuso y estuvo en muchos de los momentos también.
—¿La época en la que más cerca estuviste fue la de Honestidad Brutal?
—Fue un disco en que coincidí mucho. Por eso me pone primero en los agradecimientos y me pone en la "ingeniería psíquica", porque la verdad que le di muchas manos, estuve en muchos de los momentos cuando compuso los temas. Me acuerdo de "Paloma", que está en ese disco. Íbamos en un taxi y se puso a escribir la letra… Coincidí mucho porque, como dos amigos, hay etapas que estás más cerca, otras más lejos, y ese fue una época que estuve muy cerca. Igual, hubo muchas. En Alta Suciedad también. Y antes… Él se había ido a España en una época, y entonces le perdí el rastro. Pero después, con Los Rodríguez, me conecta de vuelta. Cuando se viene acá, las primeras giras, que paraba en el hotel Bauen, con Julito Infante, Ariel Rot, yo me iba mucho de gira con ellos, me fui a La Plata varias veces, que tocaban, yo me subía a la camioneta, a la combi que llevaba a Los Rodríguez, y me iba. Andrés venía a mi casa, en San Isidro, conoció a mi familia, yo conocí mucho a su familia, nos hicimos muy amigos. Siempre con la admiración de mi parte, y creo que él también siente admiración por mí en otros aspectos.
—¿En qué momento de su carrera profesional o artística está? ¿Qué proyectos tiene?
—Yo creo que él hoy por hoy no se plantea su vida como una carrera musical. Va a editar un disco en vivo con el material del Luna Park, seguramente para dejar tranquila a la discográfica. Y porque creo que es el momento de hacerlo, y él también lo debe creer así. Pero él no proyecta, para nada, no ve su vida como una carrera musical. Él está viendo cómo viene la mano, no se plantea la vida, musicalmente hablando, de acá a un tiempo para adelante. Está grabando tango, va, participa en conciertos de amigos…
—¿A Andrés lo respetan más en España que acá?
—No, acá ahora lo están respetando mucho. Yo creo que ahora sí. En un momento no, pero ahora sí, ahora se dieron cuenta, muchos medios, de quién es Andrés Calamaro: para mí, uno de los tipos que va a quedar en la historia de la música, como quedó Aníbal Troilo, el Polaco Goyeneche. Uno de los grandes genios que dio el siglo, y ahora que estamos en el nuevo siglo también, un tipo que hizo canciones que van a quedar para toda la eternidad. Clásicos, himnos argentinos. Eso para mí es Andrés Calamaro. No hay discusión sobre eso, viste. Aunque hay los que lo quieren ver como algo pasajero o pasatista, está más demostrado que no es así. Yo siempre lo vi, igual, desde que tengo 15 años, como un tipo con una eternidad muy especial.
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22.8.05
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